Feliciana Tito

Artesana de San Pedro de Atacama

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En el árido paisaje de Rio Grande, emerge la figura única de Feliciana Tito, artesana singular y guardiana de tradiciones ancestrales. Maestra del pulido negro de las piezas de barro, esta habilidosa creadora no solo plasma su destreza en la cerámica, sino que también se erige como la portadora de antiguas costumbres en San Pedro de Atacama.

Originaria de tierras alfareras, Feliciana ha fusionado su habilidad en el pulido de piezas de barro con la interpretación de las lecturas de hojas de coca. Su destreza en esta práctica milenaria ha trascendido la mera artesanía, convirtiéndose en un vínculo entre el arte y las tradiciones agrícolas de su comunidad.

La conexión de Feliciana con las costumbres y ceremonias del pueblo Lickanantay se remonta a su infancia, marcada por la experiencia extraordinaria de la caída de un rayo. Esta vivencia única la impulsó a dedicar su vida a la preservación de las raíces culturales de su pueblo. Su participación activa en la realización de ceremonias ha permitido que el arte del pulido negro de las piezas de barro se integre armoniosamente con las prácticas agrícolas tradicionales.

Feliciana no solo es una hábil artesana, sino también una intérprete de la espiritualidad y sabiduría ancestral que emana de las hojas de coca. Su labor no se limita a la creación de hermosas piezas, sino que abarca la transmisión de conocimientos que se entrelazan con las estaciones, los ciclos agrícolas y las ceremonias sagradas de su pueblo.

Además, la dedicación de Feliciana trasciende su propia vida. Ha compartido sus conocimientos con sus hijas y nieta, asegurando que las técnicas del pulido negro y la lectura de hojas de coca perduren en las generaciones futuras. Su legado, forjado en la fusión de la cerámica, las tradiciones agrícolas y la espiritualidad, se erige como un faro que ilumina el camino de la preservación cultural en el vasto desierto de San Pedro de Atacama.