El Sello de Artesanía Lickanantay, una iniciativa que florece en colaboración con el área de Conservación Patrimonial de la Fundación de Cultura de San Pedro de Atacama, se alza como un tributo solemne a los artesanos lickanantay. Más que meras manos talentosas, estos artesanos son portadores de un conocimiento ancestral que se entrelaza con su maestría y su compromiso con la preservación cultural.
En la vastedad del desierto, el Sello de Artesanía Lickanantay se erige como un faro resplandeciente, reconocimiento y gratitud hacia las manos virtuosas que dan vida a las creaciones lickanantay. Pero su importancia va más allá de la destreza manual, ya que en cada obra de arte se despliega una red de saberes transgeneracionales que emana de los corazones y mentes de estos artesanos.
Desde la profundidad de su ser, los artesanos lickanantay tejen el hilo invisible que conecta el pasado con el presente, uniendo generaciones y preservando la esencia de su cultura. Su labor intrincada y minuciosa es un reflejo de un conocimiento que trasciende los límites del tiempo y del espacio. Cada trazo, cada tejido, cada tallado y cada moldeado es un acto de preservación activa y consciente de la herencia cultural lickanantay.
El Sello de Artesanía Lickanantay es un tributo a la magnificencia de la cultura Lickanantay y al profundo conocimiento que emana de los artesanos. Es una invitación a adentrarse en el universo de significados y simbolismos ancestrales que se despliegan en cada creación. A través de este proyecto sin igual, se valora y se reconoce la sabiduría transmitida de generación en generación, un legado que se fusiona con la experiencia y la creatividad de los propios artesanos.
Que el Sello de Artesanía Lickanantay sea el símbolo de un compromiso eterno con la preservación cultural y el reconocimiento del conocimiento intrínseco de los artesanos lickanantay. En su labor infatigable, encontramos el testimonio vivo de una cultura milenaria que merece perdurar en el corazón de las generaciones venideras. Es un llamado a valorar tanto las manos habilidosas como el acervo intelectual que impregna cada obra, una fusión magnífica entre la destreza manual y el legado cultural que nos conecta con nuestras raíces más profundas.
Esta iniciativa es financiada a través de la Ley de Donaciones 21.440, en el marco del Convenio de Colaboración entre Albemarle y la Fundación de Cultura de San Pedro de Atacama.