Juan Carlos Gonzalez

Artesano de Toconao

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En lo profundo del Poblado de Toconao, en medio de la vastedad del paisaje volcánico, encontramos a un hombre cuyas manos se han convertido en las herramientas que moldean las piedras. Su nombre es Juan Carlos González, un artesano de piedra volcánica cuyo trabajo minucioso y dedicación sin igual lo han convertido en una figura destacada en el mundo de la artesanía.

Juan Carlos ha dedicado su vida a dominar el arte ancestral de la recolección, selección, tallado y finalizado de diferentes figuras a partir de la piedra volcánica. Cada paso en este proceso requiere precisión y paciencia, ya que la piedra debe ser cuidadosamente elegida, examinada y trabajada para dar forma a las creaciones del artesano.

La recolección de la piedra volcánica es un ritual en sí mismo. Juan Carlos explora las áreas circundantes, buscando aquellas rocas que albergan la esencia y la belleza de la naturaleza. Una vez que ha encontrado la piedra adecuada, comienza el proceso de selección, donde su ojo experto detecta las características y cualidades únicas que determinarán su uso en futuras obras de arte.

El tallado es el corazón de la labor de Juan Carlos. Con sus manos hábiles y un arsenal de cinceles y martillos, da vida a la piedra volcánica, liberando la forma que yace en su interior. Cada golpe preciso es una danza entre el artesano y la piedra, revelando gradualmente la figura deseada. El tiempo que se requiere para crear cada pieza es variable, ya que depende tanto de su complejidad como de su tamaño. Pero para Juan Carlos, el resultado final siempre justifica el tiempo y el esfuerzo invertido.

La habilidad de Juan Carlos no solo radica en su destreza técnica, sino también en su profundo conocimiento de su herencia cultural. Originario de la comunidad Lickanantay, es uno de los pocos guardianes de la antigua técnica de trabajar la piedra volcánica. Su conexión con la tierra y su comprensión de las tradiciones ancestrales se reflejan en cada figura que crea.

El trabajo de Juan Carlos no solo le ha permitido expresarse artísticamente, sino también mantenerse arraigado en su amado pueblo de Toconao y brindar un sustento para su familia. Sus creaciones son un testimonio de su dedicación, pasión y amor por la piedra volcánica, así como de su compromiso con la preservación de la cultura Lickanantay.

En el silencio de su taller, Juan Carlos continúa esculpiendo historias en piedra. Su labor artesanal trasciende el tiempo, honrando el pasado y asegurando un legado para las generaciones futuras. Es un verdadero tesoro viviente, un maestro de la piedra volcánica que ha sabido aprovechar los dones de la tierra y transformarlos en obras de arte que trascienden los límites de la imaginación.

Juan Carlos González, artesano de piedra volcánica del Poblado de Toconao, es el vivo ejemplo de cómo el arte puede mantener viva la historia, sostener a una familia y ser un faro de inspiración para todos aquellos que aprecian la belleza tallada en piedra.