Donato Cruz pasó su infancia en el territorio de Socaire, en Chile, donde junto a su padre y familiares recorría el terreno pedregoso, descubriendo la singularidad de cada roca. Fue en este entorno árido donde Donato comenzó su camino como artesano.
Trabajando mano a mano con su padre, Donato aprendió el oficio de trabajar la piedra desde temprana edad. Juntos construyeron su modesta vivienda, utilizando las mismas piedras que adornaban su entorno. Desde entonces, Donato ha continuado incorporando la madera de cactus en sus piezas artesanales, creando productos que combinan funcionalidad utilitaria y belleza ornamental.
Este oficio ha dejado una huella imborrable en la memoria de Donato, quien a través de la artesanía preserva la cultura e identidad Lickanantay como una parte esencial del territorio chileno. Cada una de sus piezas, elaboradas con meticulosidad, encarna el legado ancestral transmitido de generación en generación.
Donato, como custodio del arte Lickanantay, se enorgullece de mantener viva la tradición. Cada trazo de su cincel y cada selección cuidadosa de materiales son testigos de su dedicación para preservar las raíces culturales. En cada una de sus obras maestras, Donato entrelaza la esencia de este territorio ancestral, conectando el pasado, el presente y el futuro.
El compromiso inquebrantable de Donato Cruz lo convierte en una fuente de inspiración, recordándonos el poder del arte para trascender el tiempo y preservar el patrimonio de un pueblo. Su habilidad artesanal es un testimonio de la resiliencia, la creatividad y la profunda conexión con la naturaleza que define la cultura Lickanantay en Chile.