En las vastas tierras altas de los Andes chilenos, se encuentra el pintoresco poblado de Machuca, anclado a una impresionante altitud de 3.000 metros sobre el nivel del mar. En medio de esta maravilla natural, donde los cielos azules se encuentran con majestuosas montañas y la flora y fauna autóctonas florecen, vive una talentosa artesana originaria Lickanantay llamada Petrona Colque.

Petrona, imbuida de una herencia cultural rica y ancestral, ha desarrollado habilidades únicas en el arte de trabajar la lana y los palillos de cactus. Con paciencia y destreza, transforma los hilos de lana cruda en hermosas creaciones tejidas que capturan la esencia de la vida en las alturas andinas.

Su conexión con la naturaleza circundante es innegable. Cada hebra de lana utilizada en sus tejidos proviene de las ovejas que pastan en los alrededores de Machuca, alimentadas con hierbas nativas que crecen en la tierra fértil. Las tonalidades terrosas y vibrantes que colorean sus obras son el resultado de los tintes naturales extraídos de plantas y raíces autóctonas, un tributo a la paleta cromática que la madre naturaleza ofrece generosamente.

Pero es en la técnica de los palillos de cactus donde Petrona se destaca verdaderamente. Con astucia y conocimiento, selecciona cuidadosamente los cactus de la región y extrae las espinas esenciales para la creación de sus palillos. Estas espinas son pulidas y moldeadas con precisión para convertirse en herramientas de trabajo que permiten dar vida a piezas únicas y exquisitas.

En su taller modesto, rodeado de los elementos que conforman su hábitat natural, Petrona Colque nos invita a adentrarnos en su mundo creativo. Cada puntada, cada giro de los palillos de cactus, es una manifestación de su pasión por preservar las tradiciones ancestrales y honrar la riqueza cultural de su pueblo.

Las creaciones de Petrona trascienden el ámbito artesanal para convertirse en verdaderas obras de arte que cuentan historias de resistencia, identidad y belleza. Sus tejidos y tejidos tejidos son portadores de la sabiduría transmitida de generación en generación, encarnando el espíritu de la comunidad Lickanantay y la grandeza de la naturaleza que los rodea.

La obra de Petrona Colque nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar las técnicas tradicionales y el conocimiento ancestral, así como a valorar la estrecha relación que los seres humanos pueden mantener con su entorno natural. Su legado trascenderá el tiempo, inspirando a futuras generaciones a celebrar su herencia y a encontrar inspiración en la comunión armoniosa entre el ser humano y la naturaleza.